Meditar no es una herramienta,
sino una actitud, una forma de entender nuestra Esencia y transmutar lo físico
y mental en sensaciones astrales y transcendentes… Es una forma de sanar, de
crecer, de evolucionar hacia la Luz y la Felicidad.
Meditando acallamos la mente.
Permitimos que los planos existenciales se armonicen, se comuniquen,
interaccionen desde la Paz interior, desde la calma y el sosiego, y podamos
escucharnos de forma holística, abierta pero interior, y por ello, ayudarnos a
sanar y crecer y encontrar las respuestas que la mente se formula
constantemente y sólo sabe buscar en el exterior.
Tenemos
un cuerpo, un traje físico, una maravilla de la naturaleza que nos permite
vivir, sentir, compartir en este Plano Terrestre. Nuestro cuerpo es un gran
desconocido para nosotros. Le observamos cada día, pero sólo muy
superficialmente y, lo que es peor, ni siquiera en su totalidad, porque no nos
preocupamos de contemplar cada centímetro de la piel y todo lo que ella nos
trasmite.
Pero nuestro Cuerpo es mucho más que la piel, lo externo, en su
interior hay toda una amalgama de energías, de sustancias mágicas y alquímicas
que producen la vida, que la generan y transmutan. Y todo ese laboratorio
alquímico interacciona con órganos, y estos con emociones, y estas con
sensaciones, y estás con experiencias vitales, y estas con el propio Sendero
del Proyecto Vital… Que no es físico, sino astral, cósmico o celeste… Un regalo
del Buen Dios.
Por
todo ello debemos, primero, conocer a nuestro cuerpo, en su totalidad, interna
y externamente, y tener presente las distintas interaccione físico-emocionales
que se producen cada segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario