jueves, 8 de junio de 2017

ENSEÑANZA TAOISTA REN TUI

SOY UN SER SEXUAL



Ya conocemos que tenemos un cuerpo físico, un traje para poder movernos y vivir en este Plano terrestre. Y este cuerpo, una auténtica maravilla de la biología, no se mueve, alimenta, crece gracias a los alimentos exógenos, tal y como nos enseñan, no sólo, su alimento es un compendio de energías, cada una desde y para un Plano concreto, y funciones diferentes pero complementarias, y todas tienden a la armonía vibracional. Y todas estas vibraciones tienen como energía armonizadora a la más primaria y densa, la energía Ching, la energía sexual. Esta vibración sexual es la encargada de hacer vibrar en armonía a todas las demás, evolutivamente, paso a paso. Es mucho más, porque además de su función armonizadora y equilibradora, tiene una labor sanadora y placentera, como una vía a la felicidad; no la única, pero si con gran importancia.

Para entender esto debemos separar y comprender lo que la Sociedad patriarcal nos enseña y obliga a pensar: que el Sexo es un acto físico, genital, momentáneo y que busca un placer muy intenso pero breve, muy violento, compulsivo y eyaculatorio, y pese a realizarse –normalmente- entre dos personas, siempre atrae la posesión, dominación y control de uno sobre el otro. 

Somos seres sexuados no –sólo- en lo genital, lo más físico, sino que realmente, nuestra sexualidad es transversal en todos nuestros Planos; es decir, tenemos sexualidad en lo físico, mental, emocional, psíquico, astral y, por supuesto, en lo sexual. Porque esta energía sexual primaria, Ching, es la creativa, la que permite armonizar emociones con órganos, y las emociones internas con el entorno, y la comunicación con todo lo exterior, interior y la pareja.

Por ello, el Sexo es sagrado. Somos sexuales para gozar de nuestros cuerpos. Pero también lo somos para crear, pensar, sentir, comunicar, soñar, caminar por la senda de la espiritualidad.

La Sociedad patriarcal ha conseguido ocultarnos esta realidad, mostrándonos exclusivamente una sexualidad para el goce genital, físico, rápido, y, sin duda, más orientado al placer masculino que el de la mujer. Y con ello, limitándonos de forma importante y muy dañina, nuestra capacidad de sentir sexualmente, de que nuestra vibración Ching haga correctamente su función, que la armonía y el equilibrio interplanos del Ser sea efectivo. Con todo ello, el Patriarcado simplemente ha creado personas enfermas, sin energía, sin deseo de vivir en plena consciencia y ocultados bajo una máscara oscura de falta de conocimiento de su auténtica realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario