martes, 4 de julio de 2017

ENSEÑANZA TAOÍSTA REN TUI



Yin Yang en la sexualidad taoísta

Yin y Yang, dos formas de entender la Unicidad del Tao desde nuestra mente racional. Todo es Tao. Todos somos Tao, por lo que hombre Yang y mujer Yin no son sino el mismo Tao. El símbolo del Tai Chi lo expresa muy bien al colocar en cada circunferencia un pequeño círculo del color opuesto; es decir, el Yin lleva en su interior al Yang en una mínima expresión y lo mismo sucede con el Yang en cuanto a lo femenino del Yin.

Así, la mujer es Yin, lo pasivo, frío, oscuro, y el hombre es Yang, lo activo, caliente, luminoso; Sol y Luna; Día y Noche… Nuestra mente lo entiende perfectamente porque así ha sido creada y evolucionada en nuestro espacio físico, lo Terrestre. Pero en realidad, el Tao es la Unicidad, no hay dos taos, sino una sola energía cósmica, universal, sublime, inexplicable, que abarca todo y que contiene todo; también lo femenino y lo masculino, como una forma de vivir en lo terrestre como especie.

La sociedad actual busca la globalidad total, absoluta, eliminando las distinciones que hombre y mujer tienen por su naturaleza, no sólo física, sino en todos sus planos, porque, en realidad, somos, y debemos serlo, diferentes. Así, la sexualidad Yin es distinta a la sexualidad Yang. Los maestros taoístas lo expresan muy bien: la mujer es sensual, el hombre es sexual; la mujer es erotismo, el hombre es deseo; la mujer es recepción, el hombre es entrada; la mujer es tiempo sin tiempo, el hombre debe trabajar esa energía regeneradora. 

Es así, el sexo en nuestro plano físico es la conjunción del Yin receptor con el Yang dador, y esto en un ejercicio permanente de armonización, equilibrio, sanación y encuentro de los cuerpos y emociones que buscan, al unirse, crear una senda energética de luz espiritual.
Nuestra sociedad postula un sexo genital, patriarcal, violento, rápido, compulso.

Enseñanzas en las meditaciones contemplativas Ren Tui
Escuela Manantial de Jade

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